Disfunción eréctil y daño nervioso

La disfunción eréctil (DE) afecta considerablemente a la calidad de vida de los hombres y sus parejas. Una causa frecuente de disfunción eréctil es el daño nervioso, que puede deberse a enfermedades vasculares, diabetes, intervenciones quirúrgicas y determinados medicamentos. También puede deberse a un pinzamiento nervioso causado por una lesión de la médula espinal. Estudios recientes han descubierto que la lesión del nervio cavernoso (LNC) durante la cirugía del cáncer de próstata y otras intervenciones quirúrgicas pélvicas provoca disfunción eréctil inducida médicamente en más del 80% de los pacientes.

Tratamientos de primera línea: Inhibidores de la PDE5

Los inhibidores de la PDE5, que incluyen el sildenafilo (Viagra®), el vardenafilo (Levitra®) y el tadalafilo (Cialis®), están reconocidos como un tratamiento de primera línea seguro y eficaz para la disfunción eréctil relacionada con los nervios. Estos medicamentos actúan aumentando el flujo sanguíneo al pene, facilitando la erección en respuesta a la estimulación sexual. A menudo se prescriben como tratamiento inicial para los hombres con disfunción eréctil causada por lesiones nerviosas.

Tratamientos de segunda línea: Inyecciones en el pene

En los casos en que los inhibidores de la PDE5 no son eficaces, o no se recomiendan debido a determinadas condiciones de salud, las inyecciones en el pene pueden servir como tratamiento de segunda línea. Estos tratamientos incluyen inyecciones de prostaglandina E1, papaverina o fentolamina. Estos agentes vasoactivos ayudan a estimular el flujo sanguíneo al pene, lo que provoca una erección.

Dispositivos de vacío como opción de tratamiento

Los dispositivos de erección por vacío (DEV) representan otra opción para los hombres que no responden o no pueden tomar medicamentos de primera línea para la disfunción eréctil. Un dispositivo de vacío, aplicado externamente, favorece el flujo sanguíneo hacia el pene, logrando una erección que puede mantenerse con un anillo de tensión especialmente diseñado.

Los implantes de pene y su eficacia

Los implantes de pene se plantean cuando otras opciones de tratamiento han fracasado o no son adecuadas. Se trata de dispositivos implantados quirúrgicamente que pueden crear una erección. Suelen ser una opción de último recurso, pero pueden ser muy eficaces.

Medicación intrauretral: Alprostadil

El alprostadil es otra opción de tratamiento.

Puede aplicarse como medicación intrauretral, en la que se inserta un pequeño gránulo del fármaco en la uretra. Este método estimula el flujo sanguíneo al pene, ayudando a conseguir una erección.

Terapia sexual y factores psicológicos en la disfunción eréctil

Los factores psicológicos desempeñan un papel importante en la disfunción eréctil. Los hombres con trastornos de ansiedad suelen ser identificados como de alto riesgo para desarrollar disfunción eréctil. En estos casos, la terapia sexual puede ser un complemento beneficioso del plan de tratamiento, ya que ayuda a abordar los problemas psicológicos subyacentes que contribuyen a la disfunción eréctil.

Opciones de tratamiento quirúrgico

Los tratamientos quirúrgicos suelen considerarse en los casos en los que la disfunción eréctil está causada por lesiones nerviosas o vasculares debidas a lesiones pélvicas o de la médula espinal. La cirugía de bypass, en concreto, puede ser una opción para algunos hombres jóvenes con antecedentes de este tipo de traumatismos. Este procedimiento puede ayudar a restablecer el flujo sanguíneo normal al pene, mejorando la capacidad de conseguir y mantener una erección.

Consulta con el médico

Es esencial que los hombres que sufren disfunción eréctil consulten a un profesional sanitario. Éste puede ayudar a diagnosticar la causa subyacente, ya sea una lesión nerviosa u otros factores, y recomendar el plan de tratamiento más adecuado. Éste puede incluir uno o varios de los tratamientos mencionados anteriormente, en función de la salud, el estilo de vida y las preferencias personales del paciente.

Creación de un plan de tratamiento eficaz

Una vez realizada una evaluación exhaustiva, puede elaborarse un plan de tratamiento completo y personalizado. Este plan tiene como objetivo abordar la causa subyacente de la disfunción eréctil, controlar los síntomas y mejorar la función sexual. Puede incluir una combinación de medicación, cambios en el estilo de vida, intervenciones terapéuticas y, potencialmente, cirugía. Los controles periódicos con el médico son cruciales para supervisar los progresos y ajustar el plan de tratamiento según sea necesario.